El pueblo de San Jerónimo Aculco – Lídice, en La Magdalena Contreras, agradece a Ernesto Alarcón su apoyo para mantener vivas sus tradiciones y costumbres
Por cuarto año consecutivo, el pueblo de San Jerónimo Aculco – Lídice, en La Magdalena Contreras , fue el escenario de la tradicional Calavereada de Día de Muertos, un evento lleno de actividades culturales y recreativas para todas las edades. Ernesto Alarcón Jiménez, impulsor de esta celebración, ha trabajado durante más de cuatro años para rescatar y preservar las costumbres de los pueblos originarios de La Magdalena Contreras. Este esfuerzo ha contado con el respaldo de la Comisión de Panteones del pueblo, que como autoridad tradicional brinda todas las facilidades para que la festividad se realice de manera segura y exitosa.
Uno de los talleres más emblemáticos de esta festividad es el de tallado de chilacayote, una actividad que rememora una antigua tradición de la región. En tiempos pasados, el chilacayote no solo era utilizado para preparar diversos platillos, sino que su cáscara también servía a los niños para pedir el tradicional “quinto” o “calaverita”. Adornado con una vela, el chilacayote iluminaba el camino de los pequeños mientras recorrían las calles en busca de dulces y ofrendas.
Además de este taller, el evento incluyó una exhibición de danzón con la participación de diferentes grupos, ofreciendo un espacio donde los adultos mayores pudieron mostrar su talento y recordar la importancia de este baile en la cultura popular mexicana. La banda “La Fama” acompañó el evento con diversas piezas de danzón, demostrando la riqueza y variedad de este género musical.
El ambiente también se llenó de color y alegría con la participación de la comparsa de caporales “Los Amigos”, quienes, ataviados con trajes elegantes que evocan la vestimenta de la época posrevolucionaria, deleitaron al público con su baile. Junto a ellos, la comparsa de chinelos “Tonali” hizo gala de sus saltos tradicionales, entrelazándose con los caporales al ritmo de huapangos y otros sonidos típicos.
La celebración también incluyó una generosa degustación de ponche, café y tamales, que se repartieron de manera gratuita para todos los asistentes. No faltó, además, la tradicional “calaverita” para los más pequeños.
Sin duda, el Día de Muertos en San Jerónimo Aculco es una celebración “viva y vibrante”, que sigue creciendo año con año. Gracias a la iniciativa de Ernesto Alarcón Jiménez y al apoyo de la Comisión de Panteones, esta festividad no solo preserva las tradiciones, sino que refuerza la identidad comunitaria de los pueblos originarios de La Magdalena Contreras, asegurando que estas costumbres perduren en el tiempo y sigan marcando el carácter cultural de la región.